mardi 31 mai 2016

J-Ees, el Adivino / J-Ees, le Devin

Uxmal El Adivino Pyramide du Devin
(photo N. Genaille 2015)

Durante mis dos viajes a Yucatán, fui a Uxmal, y me maravillé de la Pirámide del Adivino...
Lors de mes deux voyages au Yucatán, je suis allée à Uxmal, et j'ai été émerveillée par la Pyramide du Devin... (suite du texte français après le texte espagnol)
A su forma tan excepcional y su tamaño tan impresionante, se añade la fascinante leyenda de su fundación. Se puede leer en el hermoso libro de Mediz Bolio, La Tierra del Faisán y del Venado. Un enano, nacido de un huevo y criado por una hechicera, encontró en su casa un címbalo de oro que hizo resonar por inadvertencia. El sonido terrible indicaba al rey de la pequeña población de Uxmal que el enano lo destronaría. Trató de matar al enano, pero fue él quien murió. Y en una sola noche, el enano hizo surgir de tierra los monumentos espléndidos de la ciudad de Uxmal, entre los cuales la alta pirámide en que vivió.

Hay otras versiones de la leyenda del Adivino (llamado J-Ees en maya), especialmente una muy larga historia llena de resurgimientos, publicada por Domingo Dzul Poot, que estudié hace dos años en mi clase de literatura maya. La recogió desde su madre en 1938. El cuento comienza por el descubrimiento y la eclosión del huevo. Como se decía que el niño estaba hijo del rey, un hijo que no quería reconocer, el enano se puso a cantar poemas de insultos contra el rey. Así empezaron una serie de desafíos y de pruebas. Quiere el rey que su casa este girando. La hechicera llama a sus animales, y ellos ponen la casa sobre un pivote, lo que da náuseas al rey. Otra broma, otro desafío: que la brisa del mar despierte el rey. Los animales de la hechicera hacen un mar de orina. El rey pide que el mundo este iluminado por dos soles. La hechicera hace una tortilla con pedernal y chile, más caliente que el verdadero sol. El rey pregunta a J-Ees cuantos frutos tienen sus diez ceibas que hay enfrente del palacio. La hechicera los hace contar por sus murciélagos y J-Ees responde al rey en forma de una enigma en versos, que el rey no sabe descifrar. El día siguiente, J-Ees debe dar de comer a la serpiente emplumada del rey, Kukulcán, que traga el enano mismo de una vez. Pero J-Ees tiene un cuchillo con lo cual abre el vientre de la serpiente, y vuelve a su casa. Es en este momento que el enano descubre el platillo de oro que hace resonar: la multitud pide a rey donde está su heredero. Sin embargo, quiere el rey deshacerse de J-Ees. En una gran fiesta, deben romper cocoyoles en la cabeza de los dos (comenzando por J-Ees, claro). La hechicera hace para el enano un casquete de piedra invisible. J-Ees gana fácilmente la prueba, pero el primer cocoyol que lanzó J-Ees  mató al rey. La hechicera dio a J-Ees el platillo de oro: fue reconocido como el nuevo rey de Uxmal. La serie de pruebas antes de la nominación del rey hace pensar en los textos de los Libros de El Chilam Balam donde preguntas y pruebas dan su legitimación a la autoridad y al poder mediante el conocimiento de un lenguaje esotérico. De hecho el texto presenta algunas alusiones históricas.


Acabo de leer en mi clase de literatura maya otra historia de J-Ees, que viene de un libro que, por mala suerte, no da sus referencias. Se llama Cuentos mayas yucatecos, II, por M. J. Andrade y Hilaria Máas Colli, 2000. La historia es larga, con muchos resurgimientos, como la de Dzul Poot, y hay algunos paralelismos. El niño nacido de un huevo está bautizado J-Ees por el rey. Llena un calabazo con agua par ayudar a albañiles y el agua nunca se gasta, así se da cuenta el rey de los poderes de J-Ees, y quiere matarlo. El cuento comienza entonces por la historia de la serpiente emplumada. Otra prueba es tirar el miel de un panal de abejas, después bajar la luna, bajar el sol (como en el cuento de Dzul Poot), contar los frutos de la ceiba. La abuela, transformada en un murciélago, le trae un pedazo de cada fruta, y sólo hay que contarlos, aunque después el rey trate de hacer una trampa, escondiendo un fruto. El niño debe hacer el mar, y lo hace de manera más higiénica que en el cuento de Dzul Poot, con su calabazo mágico. Al fin se rompen cocoyoles, pero la abuela sólo pasa las manos nueve veces en la cabeza de J-Ees y luego le sopla en medio, y esa protección mágica es suficiente.

Sin embargo el cuento presenta otros elementos, que cambian su natura y su significación. La abuela del niño está casada a un carpintero, enemigo del rey, que por eso se va del pueblo, plantando ceibas en su camino, y una parte de la historia es la búsqueda del abuelo por su nieto. Apenas escapó de la serpiente emplumada, va a buscarlo, siguiendo las ceibas, para tener sus herramientas. Su abuelo le indica que el señor Wicab tiene su azuela: este acepta hacer con la azuela un camino desde el árbol de naranja del rey hasta la casa de J-Ees. El señor Te', un pájaro carpintero, tiene su compás: va a medir el árbol. El señor Yánn, un iguano, tiene su serrucho: va a cortar el árbol. Además, la historia se repite, pues Chak Lóol (la "flor roja") da a J-Ees todas las otras herramientas del abuelo que son en la casa, y que sirven también a cortar el árbol (huella de varias versiones de un mismo cuento).
En ese mismo hilo de la historia, después de la prueba del mar, de rey organisa un baile, donde hace el suelo resbaladizo. Pero J-Ees pide al señor Tuza que haga un camino procesional subterráneo donde San Pedro, San Juan, San Pablo, San Barnabé, San Bartolomé y San Santiago, cuyas statuas estaban escondidas cerca del árbol de naranja, vayan a caminar, a bailar, a hacer caer la silla del rey, a pisotear el rey y su esposa.
En fin, después de la muerte del rey, J-Ees no es nominado el nuevo rey. Él se va, desde Chichén Itzá donde se pasa la historia. Toma el camino de las ceibas al cual da el nombre de sak bej, "camino blanco", camino oficial. Va a buscar a su abuelo. Pero el diablo toma la forma de dos mujeres, y como no pueden seducir a J-Ees, lo matan. Y, según la conclusión usual de los cuentos mayas, el texto termina así: "Cuando pasé por ahí, estaba el pobre J-Ees muerto boca arriba y no terminó de hacer el camino", el camino que, dice por otra parte el cuento, "llegaba a Cobá". Entonces tenemos probablemente aquí las huellas de un cuento nacido a propósito del larguísimo sak bej que va desde Yaxunah hasta Cobá, historia que fusionó con la leyenda de la fundación de Uxmal. Y vemos entonces cuentos de épocas diversas que se mezclan, tradiciones que de toda evidencia vienen de la época precolombina y tradiciones cristianas. No se puede pensar que el abuelo carpintero acaso ¿tiene algo de San José?

Uxmal El Adivino Pyramide du Devin
(photo N. Genaille 2013)

Lors de mes deux voyages au Yucatán, je suis allée à Uxmal, et j'ai été émerveillée par la Pyramide du Devin. À sa forme si particulière et à ses dimensions imposantes s'ajoute la fascinante légende de sa fondation. On peut la lire dans le bel ouvrage de Mediz Bolio, La Tierra del Faisán y del Venado (la Terre du "Faisan" et du Cerf). Un nain, né d'un oeuf et élevé par une magicienne, trouva chez elle une cymbale en or qu'il fit résonner par mégarde. Le bruit terrible annonçait au roi de la petite bourgade d'Uxmal que le nain allait le détrôner. Il essaya de tuer le nain, mais c'est lui qui mourut, et en une seule nuit, le nain fit jaillir de terre les monuments splendides de la cité d'Uxmal, dont la haute pyramide qu'il habita.

Il existe d'autres versions de la légende du Devin (J-Ees en maya), en particulier une histoire très longue et pleine de rebondissements transmise par Domingo Dzul Poot que j'ai étudiée il y a deux ans à mon cours de littérature maya. Il l'avait recueillie de sa mère en 1938. L'histoire commence par la découverte et l'éclosion de l'oeuf. Comme le bruit courait que le nain était le fils du roi et que celui-ci ne voulait pas le reconnaître, l'enfant se mit à chanter des poèmes d'insultes à l'égard du roi. Ainsi commença une série de défis et d'épreuves. Le roi veut d'abord que sa maison tourne: la magicienne appelle les animaux au secours, et ils mettent la maison sur un pivot, ce qui donne la nausée au roi. Nouvelle moquerie, nouveau défi: que la brise marine réveille le roi. Les animaux de la magicienne forment une mer d'urine. Le roi demande ensuite que le monde soit illuminé par deux soleils. La magicienne fait une tortilla de silex et de piment plus brûlante que le vrai soleil. Le roi demande à J-Ees qu'il dise combien de fruits il y a dans ses dix ceibas en face du palais. La magicienne les fait compter par ses chauves-souris et J-Ees répond au roi sous la forme d'une énigme en vers, que le roi ne sait pas déchiffrer. Le lendemain, J-Ees doit donner à manger au serpent à plumes du roi, Kukulcán, qui l'avale tout cru. Mais il a un couteau avec lequel il ouvre le ventre du serpent, et il rentre chez lui. C'est à ce moment que le nain découvre le plat d'or qu'il fait résonner. La foule demande au roi où est son héritier. Mais le roi veut d'abord se débarrasser de J-Ees: dans une grande fête, on leur cassera à tous les deux (en commençant par le nain!) des noix de cocoyoles (sortes de mini noix de coco) sur la tête. La magicienne fait au nain un casque de pierre invisible. J-Ees remporte facilement l'épreuve, mais la première noix que lance le nain tue le roi. La magicienne donne le plat d'or à J-Ees qui est salué roi d'Uxmal. La série d'épreuves qui précède sa nomination fait penser aux textes des Livres de Chilam Balam, où des questions et des épreuves régissent la légitimation du pouvoir en fonction de la connaissance d'un langage ésotérique. En outre, le texte présente quelques allusions historiques.

Je viens de lire dans mon cours de littérature maya une autre histoire de J-Ees, qui provient d'un ouvrage qui, malheureusement, ne donne pas ses sources. Il s'agit de Cuentos mayas yucatecos (Contes mayas yucatèques), II, par M. J. Andrade y Hilaria Máas Colli, 2000. L'histoire est longue et à rebondissements, comme celle de Dzul Poot, avec laquelle elle présente des parallélismes. L'enfant né d'un oeuf est baptisé J-Ees par le roi. Il remplit une calebasse d'eau pour aider des maçons, et l'eau ne s'épuise jamais, c'est ainsi que le roi s'aperçoit de ses pouvoirs et veut le tuer. On commence donc par l'histoire du serpent à plumes. Ensuite, une autre épreuve est de tirer le miel d'un essaim d'abeilles, puis d'abaisser la lune, d'abaisser le soleil (comme chez Dzul Poot), de compter les fruits de la ceiba. La grand-mère, transformée en chauve-souris, rapporte au nain une bouchée de chaque fruit, et il n'y a plus qu'à compter puis remettre les morceaux en place, même si le roi essaie ensuite de tricher en cachant un fruit. L'enfant doit ensuite faire une mer, mais il la fait de façon plus hygiénique que chez Dzul Poot, avec sa calebasse magique. Et à la fin, on casse des noix de cocoyoles, mais la grand-mère passe seulement neuf fois les mains sur la tête de J-Ees et souffle au milieu, et cette protection magique est suffisante.

Mais le conte présente d'autres éléments, qui en changent la nature et la signification.  La grand-mère adoptive de l'enfant est mariée à un charpentier, ennemi du roi, qui pour cela quitte la ville en plantant des ceibas sur son chemin, et une partie du conte est la quête du grand-père par son petit-fils. Dès après avoir échappé au serpent à plumes, J-Ees va le chercher en suivant les ceibas, pour lui demander ses outils. Son grand-père lui indique que Monsieur Wicab possède son herminette, et ce dernier accepte de faire avec l'outil un chemin de l'oranger du roi à la maison de J-Ees. Monsieur Te', un pic, possède son compas, il va mesurer l'oranger. Et Monsieur Yáan, un iguane, possède sa scie, il va couper l'oranger. L'histoire est d'ailleurs répétée, car Chak Lóol (la "fleur rouge") donne à l'enfant tous les autres outils qui sont dans la maison et qui servent aussi à J-Ees à couper l'arbre (trace de plusieurs versions d'un même conte). 
Selon la même ligne de l'histoire, après l'épreuve de la mer, le roi organise un bal, en rendant le sol glissant. Mais J-Ees fait faire à Monsieur Taupe un chemin processionnel souterrain où les Saints Pierre, Jean, Paul, Barnabé, Bartolomé, et Jacques, dont les statues étaient cachées près de l'oranger, vous cheminer, danser, renverser le trône royal et piétiner le roi et la reine.
Enfin, après la mort du roi, J-Ees n'est pas nommé roi à son tour. Il quitte Chichén Itzá où se passe l'histoire, suit le chemin des ceibas qu'il nomme sak bej "route blanche", chemin officiel, en quête de son grand-père. Mais le diable prend la forme de deux femmes, et, comme elles ne peuvent pas séduire J-Ees, elles le tuent. Et, selon la conclusion traditionnelle des contes mayas, "Quand je suis passé par là, le pauvre J-Ees était étendu mort et il n'a pas achevé le chemin", dont le texte dit aussi qu'il était presque à son extrémité à Cobá. Nous avons donc là probablement les traces d'un conte né autour du très long sak bej qui va de Yaxunah à Cobá, histoire qui a fusionné avec la légende du fondateur d'Uxmal. Et nous voyons des contes d'époques différentes qui se mêlent, des traditions qui de toute évidence remontent à l'époque précolombienne et des traditions chrétiennes. Ne pourrait-on même se demander si le charpentier grand-père de J-Ees n'a pas quelques traits de Saint-Joseph?

Uxmal El Adivino Pyramide du Devin
(photo N. Genaille, 2013)

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